miércoles, 10 de junio de 2020

Crónica de una distopía.

"Autorretrato distópico"  ImanolGarAla Junio 2020

¿En que momento fue? ¿fue quizá el 1 de octubre, cuando se cumplieron 70 años de la fundación de la República Popular China, y, desde una dimensión paralela Mao abrió un portal dimensional en venganza por haber transformado su Revolución Cultural en el Capitalismo de Estado en el que esta inmerso China? ¿O habrá sido el 17 de octubre cuando, al cumplir,exactamente 100 años, se activara, dentro de los túneles del Metro de Madrid, algún tipo de artilugio multidimencional, que una oscura Sociedad Secreta colocara ahí en su inauguración? ¿o tal vez son los residuos cuánticos de la Gran Depresión de EEUU que el 29 de octubre, 90 años después, alguna extraña alineación cósmica los magnifico desmadrandolo todo? ¿O será acaso la venganza de Moctezuma 500 años después de aquel 9 de noviembre en el que se encontraron por primera vez el emperador azteca y el conquistador extremeño y que el primero hubiera lanzado alguna maldición que se le fue de las manos?... ¿En que momento fue en el que cruzamos algún tipo de vórtice espacio temporal que nos trajo a esta distopía?

Si en diciembre pasado, por ejemplo, en la comida de navidad del trabajo, al calor de las copas posteriores, alguien me hubiera dicho que en marzo, de golpe, los colegios cerrarían un jueves para no volver a abrir quien sabe cuando, que dos días después la mayoría no volveríamos a nuestros trabajos, al menos no al espacio físico donde los desempeñábamos; que los niños no pisarían la calle en 45 días y que los adultos saldríamos durante dos meses solo para lo estrictamente necesario: Tirar la basura en el contenedor, sacar al perro (los que tenemos), hacer la compra en el supermercado, y poco más; que pasados esos dos meses, se nos permitiría hacer deporte al aire libre un ratito por la mañana o por la tarde, a los niños salir durante una hora no mas allá de un km de sus casas y acompañados solo por uno de sus dos progenitores; que para entrar en un supermercado tendríamos que hacer colas en el exterior del mismo que podrían darle la vuelta a la manzana y que cuando por fin entráramos encontraríamos paredes enteras de estantes vacíos, no de leche o de arroz o de pan o carne, no: !De papel higiénico y de vino!

Si ese hipotético compañero de trabajo, en el segundo whisky, me hubiese contado que el gobierno declararía el estado de excepción con toque de queda incluido, (aunque no le llamemos así, de 23:00 a 7:00 nadie podría estar en la calle salvo que vinieran o fueran a algún trabajo esencial), que obligaría a Restaurantes y hoteles a cerrar con ERTE (Expediente de regulación temporal de empleo) de por medio y que muchos de estos hoteles de 3, 4 y 5 estrellas se reconvertirían en improvisados hospitales y residencias para ancianos; si me hubiera dicho que los hospitales, a una velocidad vertiginosa, en cuestión de unos pocos días, se saturarían de contagiados por un extraño virus procedente de China, cuyo recervorio original es un murciélago o algún otro extraño animal que no había visto en mi vida y cuyo nombre me es difícil de pronunciar correctamente; que el personal sanitario de uno de los mejores sistemas de sanidad pública del mundo estaría durante semanas sobrepasado de trabajo doblando turnos y sin medios suficientes.

Si, cubata en mano, mi interlocutor reconvertido en improvisado pitoniso me hubiese dicho que, después de estar confinados durante tres meses, nos enfrentaríamos a lo que el gobierno llamaría una “nueva realidad”, eso si, poco a poco, “desescalandonos”, caminando por las calles cual zombis con la cara cubierta por mascarillas de uso obligatorio, que utilizaríamos de forma compulsiva pequeños botes con gel hidroalcóholico para desinfectárnos las manos al mínimo roce de cualquier superficie; que cuando nos dejaran tomar una cerveza en una terraza pero sin poder entrar al bar, un máximo de 10 personas y en el horario asignado, lo veríamos como una bendición. Que para esas alturas, aun no sabríamos con certeza cuando y como regresarían los niños y las niñas al colegio, eso si, nos habrían dicho que ya podíamos ir planeando nuestras vacaciones de verano, mientras nos abrían las tiendas para consumir, consumir, consumir. Aunque ya habríamos consumido bastante desde casa, porque igual de esencial nos parecería el trabajo de un medico o un enfermero que el de un repartidor de Amazon o Delivero

Soltando una carcajada y pidiendo otro cubata, el Nostradamus de la hipotética comida de fin de año de mi trabajo me dice : Y lo mejor de todo esto, serán los pijos-fachas, manifestándose por todas las ciudades de España en sus Mercedes Benz con chófer y todo, ataviados con mascarillas verde militar con la bandera bordada y gritando megáfono en mano “Gobierno Social-Comunista Dimisión”

Si para rematar, mi imaginario colega del trabajo, después de darle un buen trago a su tercer cubata me soltara que todo esto que me esta contando se repetiría sistemáticamente en todo el mundo, con algunos matices, como que el presidente de la nación más poderosa recomendase que se inyectase desinfectante a sus conciudadanos (sarcasmo o no) cuando enfrentaría mas de 100.000 muertos y más de millón y medio de infectados. Si todo esto me lo hubiese contado yo le hubiera preguntado si, a parte de los 3 cubatas había fumado algo.

Pero no, esa conversación no tuvo lugar en diciembre pasado, porque nadie podía imaginar lo frágil que es nuestro sistema de vida, que todo se nos puede desmoronar en un instante.

Dentro del comité de científicos que investigan y tratan de desarrollar medicamentos y vacunas contra el covid-19 y que planifican la desescalada hacia la “nueva normalidad” podría haber una división (capitaneada quizás por Iker Jimenez) que se dedique a buscar ese vórtice dimensional para regresarnos a nuestra vieja normalidad, pero me parece que esto no es viable, así que lo que nos queda es aprender la lección, aprender que la Sanidad, la Dependencia y la Educación son los pilares fundamentales de nuestro estado de bienestar, que no se deben tocar, que se deben blindar, que es indispensable que modifiquemos nuestro sistema socio-económico, que no especulemos con lo fundamental y, lo mas importante, que somos los ciudadanos los que hemos de velar que esto sea así ¿como? Votando con conciencia, solidaridad y pensamiento critico y no, como hasta ahora: Con el estomago y las gónadas.

miércoles, 15 de abril de 2020

Cuando todo pase.

Viñeta: "Las orejas al lobo"/@imanolgarala abril 2020

Del estado de emergencia y del confinamiento que conlleva saldremos tarde o temprano, como de la crisis sanitaria que lo ha provocado, ya sea porque se consiga aplanar la curva de contagios lo suficiente o porque se logre desarrollar y probar una vacuna eficaz que procure la inmunidad masiva a la pandemia, aunque esto último, desgraciadamente, tardará aún muchos meses en suceder, por muy rápido que se esté avanzando a este respecto en distintos puntos del planeta. En fin, que saldremos de esta, estoy convencido, porque no puede ser de otra forma, pero ¿cómo saldremos? Nos quedan aún al menos 2 semanas más de confinamiento, al menos, porque es probable que estemos solo a la mitad y no comencemos a hacer vida “normal” hasta mayo, ya lo iremos viendo. Y cuando todo pase, cuando nos enfrentemos a esa nueva y desconocida “normalidad” ¿habremos aprendido algo? ¿Nos habremos dado cuenta de lo urgente que es cambiar nuestro modelo de socio-económico? ¿De que no es posible seguir priorizando lo privado sobre lo público en lo esencial? Y me refiero, por supuesto, a la sanidad, pero también a la educación, a la vivienda, a la dependencia… Es decir, al estado de bienestar.

Las y los que hacen política en este país (y en Europa entera) tienen la obligación de hacerse esa reflexión ahora y sobre todo después, en esa futura, pero próxima, “normalidad post-pandémica”; de hacerse esa reflexión y de poner manos a la obra en beneficio de la sociedad que les toca guiar, ya sea desde el papel de gobernantes o bien desde el papel de legisladores. Pero es esa sociedad la que verdaderamente debe coger las riendas de su futuro, somos nosotros, los ciudadanos los que debemos preguntarnos si hemos aprendido algo de todo esto. Somos nosotros los que decidimos quien y como nos gobierna o al menos así debe ser, somos nosotros los que hemos permitido, durante años, que nuestra sanidad pública sufra recortes mortales y ahora estamos pagando las consecuencias, somos nosotros los que hemos permitido que esos mismos recortes se aplicarán a la educación y a todo lo público ¿Por qué? Porque es más fácil acatar que pensar, obedecer que exigir, es más fácil culpar a otros que asumir nuestra responsabilidad. Hoy culpamos al gobierno de haber actuado tarde, de no confinarnos antes, o de confinarnos demasiado tiempo, de extender el estado de alarma o de no hacerlo; reclamamos medidas, pero no estamos dispuestos a asumir sus consecuencias.

De esta crisis hay muchos responsables, somos casi 40 millones de responsables, cuando asumamos esa responsabilidad estaremos preparados para enfrentarnos a lo que vendrá después del COVID-19. Estamos viendo cómo se desbordan los hospitales, las Unidades de Cuidados Intensivos, como se acumulan los féretros en aparcamientos reconvertidos en improvisados tanatorios, como se destapan las carencias y las negligencias de los geriátricos públicos  (y sobre todo privados); y todo eso es nuestra responsabilidad, por haber dado nuestro visto bueno cuando se priorizó el rescate financiero sobre la financiación de la sanidad y la dependencia, en definitiva cuando se ponderó al capital sobre las personas.

Algo tienen en común los neo-liberales, los neo-conservadores y la nueva extrema derecha (a parte del discurso populista y su afición por general bulos): Todos ellos ponderan la inversión privada en detrimento de la pública, respaldándose en discursos maniqueos donde se da por hecho que lo público es ineficiente y de mala calidad e invertir en ello solo sirve para alimentar la corrupción y enriquecer a la clase gobernante. Este es el relato que Cs, PP y VOX han diseminado entre la población española durante años; relato falaz, mentiroso, como estamos viendo: La Sanidad pública es la que está dando la talla en esta crisis, a pesar de recortes y saqueos.

En la nueva “normalidad” que nos espera después del coronavirus, la economía estará muy lastimada, como nunca la ha visto nuestra generación, y habrá que reactivarla, ¿cómo lo haremos?, ¿volveremos a permitir que la riqueza que se genere con nuestro trabajo quede en manos de unos pocos y que sean ellos los que establezcan las reglas del juego? ¿O seremos capaces de redistribuir la riqueza de forma más justa primando lo público sobre lo privado?

Ya le hemos visto las orejas al lobo, si no nos movemos, y rápido, al final nos comerá.

miércoles, 8 de abril de 2020

Una oposición de pena

Viñeta: @ImanolGarAla "Si no ayudas, cállate" Abril 2020
Ya han pasado 26 días desde que en España se declarará el estado de emergencia y se limitaran los derechos fundamentales de libre circulación y de reunión en aras de combatir un enemigo terrible e invisible: El Covid-19, un virus respiratorio, muy contagioso y extremadamente virulento, que se ha cobrado más de 1.300.000 vidas en todo el mundo al día de hoy, solamente en España la cifra está cerca de alcanzar los 14.000 muertos. Este virus comenzó en China, la segunda economía del mundo, un país con un férreo control de la población y con una capacidad de reacción espectacular, como lo ha demostrado desde diciembre hasta hoy, siendo el país donde registraron los primeros casos y siendo también el primer país en conseguir contener la enfermedad, de ahí paso a Europa donde los países más afectados han sido Italia y España, con un crecimiento exponencial de contagios que en escasas semanas saturó los sistemas públicos de sanidad y en este país eso significa mucho, ya que, aunque lacerada y desangrada en los últimos años, la sanidad pública española aún es considerada la tercera mejor del mundo. China y Europa, son regiones del planeta donde, a pesar de todo, a pesar del capitalismo salvaje y el neoliberalismo, aún existe cierto estado de bienestar con capacidad de resistir; y si, en China también, a pesar del capitalismo de estado en que están inmersos. Pero ¿qué pasará ahora que el terrible coronavirus está comenzando  a campar en América Latina donde la sanidad pública es paupérrima desde hace décadas, donde la mitad de la población vive por debajo de la línea de la pobreza?, ¿qué pasará en Estados Unidos donde no existe la sanidad pública, donde, al menos el 30% de su población no tiene acceso a ningún tipo de cobertura sanitaria?, ¿qué pasara en África donde la población está abandonada a su suerte?

Nos enfrentamos a la peor crisis sanitaria, económica y social del mundo moderno, las medidas de confinamiento, absolutamente necesarias e indispensables, traerán como consecuencia una depresión económica mundial sin precedentes: Pobreza, desigualdad, injusticia y, sobre todo abuso; abuso que quienes ostentan el poder económico que buscarán sacar provecho de la situación.
En este marco, tenemos, en España (y me atrevería a decir en Europa) a un gobierno que, apartando el lugar que ocupa en el espectro político, intenta hacer frente a esta crisis, a esta situación sin precedentes, de la mejor manera posible, anteponiendo lo más importante, la salud de sus gobernados sin descuidar el impacto socio económico. Lo está haciendo, como cualquier otro gobierno que le hubiera tocado gobernar en una situación así: Lo mejor que puede. Implementando medidas que, por si solas ya suponen un golpe durísimo a la economía del país, pero no hay otra forma, solo queda contar con todos los sectores de la sociedad para paliar los efectos de esta situación excepcional: Sociedad civil, empresarios, sindicatos y partidos políticos. Pero, nos encontramos con la España rancia, con la España cutre y mal parida, esa España representada por la actual oposición, que lejos de ponerse a la altura de las circunstancias (como hemos visto en Portugal donde han actuado con un sentido de Estado ejemplar) llevan 26 días responsabilizando al gobierno de las muertes, de los contagios, bloqueando y entorpeciendo las acciones del gobierno, acusando, señalando, cual fariseos, buscando su beneficio electoral, imaginando un redito político futuro para alcanzar su única ambición: Gobernar a costa de los que sea, a costa de España. Ellos que se autoproclaman patriotas, que se envuelven en la bandera rojigualda y se desgarran las vestiduras avivando la crispación entre los españoles.

Ayer, 15 diputados de la ultraderechista Vox, acudieron al Congreso, violentando el Estado de Emergencia y poniendo en peligro su propia salud, la de otros diputados, y sobre todo, la de los trabajadores del congreso. Hoy, el Partido Popular, siguió el ejemplo de los energúmenos de la ultraderecha. Vox, ha declarado que votará en contra de la ampliación por 15 días más del estado de emergencia, y el PP ha condicionado su voto a que se reactive la actividad económica de los servicios no esenciales (previsto, dicho sea de paso, por el gobierno). Todo esto maquillado por exabruptos patrioteros, demagogos y populistas que lo único que denotan es una pretensión de sacar provecho de la situación.

Si la sanidad pública se está encontrando con graves problemas para hacer frente a esta crisis a pesar de los extraordinarios sanitarios que tenemos, es fundamentalmente, porque los gobiernos de derechas, desde Aznar a Rajoy, la laceraron y desangraron, sistemáticamente, durante años en beneficio de la sanidad privada, y ahora estamos pagando las consecuencias.

Hoy lo que necesita este país es UNIDAD, sentido de Estado, altura de miras… Pero tenemos una oposición oportunista, ignorante y corrupta que lo único que persigue es su beneficio electoral a costa de nuestras vidas.

viernes, 28 de febrero de 2020

Idiotas peligrosos


Hace más o menos un mes Twitter limitó (que no suspendió ni canceló) la cuenta oficial del partido de ultraderecha Vox que ostenta 52 escaños en el parlamento español -lo que lo convierte, lamentablemente, en la tercera fuerza política de España-; este “castigo” o “reprimenda” de la red social se debe a un tuit publicado por la formación de extrema derecha que literalmente decía: “lo que no soportamos es que os metáis en nuestra casa y nos digáis cómo tenemos que vivir y cómo tenemos que educar a nuestros hijos. Y menos aún que con dinero público promováis la pederastia”. Y es que el community manager de los de Abascal, pasó por alto las normas de uso de la red social sobre “la incitación al odio”. De cualquier forma, twiter solo limitó el uso de algunas funciones de la cuenta (como publicar nuevos tuits) y le dejo claro a @vox_es que las reactivaría si retiraban el tuit. Lejos de hacerlo, el visceral partido y sus viscerales dirigentes decidieron, el pasado 7 de febrero, querellarse contra la red social por, nada más y nada menos que, vulneración de derechos fundamentales e injurias. Es curioso como Vox -que tiene entre sus dirigentes más destacados a un par de abogados que ejercieron la acusación particular en el juicio del Procés- ve un delito de injurias en el ejercicio de la política de conducta de Twitter (pública, por cierto, y que se debe de aceptar al abrir una cuenta) donde el único delito que se puede vislumbrar es en el susodicho tuit donde @vox_es acusa al gobierno de financiar la pederastia, lo menos es un presunto delito de calumnias.

Este tipo de “escándalos” gusta mucho al partido ultra pues les da visibilidad mediática y los reafirma con sus más de tres millones y medio de votantes. Y ese es el problema principal, que el 15% del electorado español eligió (y elige) una formación política bravucona, de discurso machista, xenófobo y homófobo, y descaradamente francofílica y reaccionaria, dándole visibilidad ya no solo mediática, si no también política, al machismo, a la xenofobia, a la homofobia y al nacionalismo patriotero.

Es gravísimo que buena parte de la población española, con capacidad de decidir cómo se conforma el máximo órgano de representación del país, vea atractivo a un partido político que tilda de “ideología de género”(sic) las leyes contra la violencia machista o llama adoctrinamiento en esa “ideología de género” a la educación sexual, ausente en el sistema educativo español y que se pretende desarrollar por el actual gobierno progresista; para evitarlo, los insensatos e insensatas de Vox se han atrevido a difundir bulos a través de vídeos, tuits e incluso declaraciones públicas esperpénticas como las de Rocío Monasterio, quien espetó, en precampaña electoral, que en los colegios de Madrid "se les dan unos cursillos con 8 años en los que se les dice que tienen que probar a ser niña, y la niña a ser niño" asegurando que se les invita a "probar nuevas prácticas sexuales y explicárselas a los demás", llegó incluso al absurdo diciendo que "se habla de zoofilia, de parafilias". Y qué decir del Primoriverista Javier Ortega Smith, Secretario General de Vox, disparando un fusil de asalto en un campo de tiro militar, y acto seguido, señalando los agujeros de bala en la silueta diciendo: “Este es un hijo de puta del Daesh, que había que cargárselo”(sic)

De este tipo de gente está repleto el mundo, pero estos y estas, hoy por hoy tienen posiciones de poder, ocupan espacios de decisión relevantes en el desarrollo de la sociedad; son gente energúmena, autoritaria e intolerante, en definitiva, peligrosa.

Medios de comunicación electrónicos cada vez más inmediatos, redes sociales como Twitter, Facebook, incluso Instagram, se han convertido en el escaparate perfecto para las legiones de idiotas, como decía Umberto Ecco, idiotas cuyas declaraciones y opiniones al final de cuentas no tendrían mayor relevancia si no fueran recogidas, digeridas y asumidas como propias por más idiotas que los legitiman.

viernes, 29 de junio de 2018

Elecciones presidenciales en México: Promiscuidad política

En agosto cumpliré 14 años viviendo en Barcelona, cuando salí de de mí país de nacimiento gobernaba la derecha conservadora en la persona de Vicente Fox y bajo las siglas del PAN (Partido de Acción Nacional) una suerte de PP mexicano; cuatro años atrás Fox conseguía arrebatarle al PRI (Partido Revolucionario Institucional) sus más de 70 años de hegemonía política en México. Si bien en ese cambio de milenio se consiguió pasar del autoritarismo casi dictatorial del PRI a una democracia, discreta, pero democracia al fin; el viraje hacia la derecha y no hacia la izquierda tuvo consecuencias nefastas para la sociedad mexicana, pues se continuo con las políticas económicas neoliberales heredadas del Salinismo y el Zedillismo, comprometiendo seriamente la soberanía del país con privatizaciones de sectores sumamente sensibles y claves en la economía, como el energético, y fomentando la inversión extranjera “sin restricciones” gracias a la complicidad del “sindicalismo institucional” que no tuvo empacho en tejer nuevos lazos con los conservadores, en México abaratar la mano de obra y reducir los derechos sociales de la clase trabajadora nunca ha sido un problema para el gobierno en turno.

Si el sexenio de Fox está marcado por el desastre económico, el sexenio del también panista Felipe Calderón lo está por ser la época más violenta del país (violencia que no ha mermado durante el mandato del retornado PRI): Alrededor de 90 asesinatos al día, más de 1200 secuestros al año, cerca de 700000 denuncias por robo al año y casi 6000 extorsiones anuales.

Creo que desde que vivo en Barcelona, no he escrito nada, o casi nada, sobre México ni su política; en gran medida porque bastante tenemos con lo que hay de éste lado del  charco el cual finalmente es mi entorno más inmediato y el que me afecta directamente. Pero en estos días México está experimentando una carrera hacia las presidenciales de lo más peculiar, creo firmemente que se está escribiendo, en la política de mi país de origen, un nuevo capítulo, sin precedentes desde aquel verano del 2000.

Durante estos últimos meses he estado siguiendo, sobretodo en redes sociales y por medios web en general, la campaña que nos llevará a las elecciones de éste domingo 1 de julio y me preocupa el nivel tan bajo de los políticos (unos más que otros), de sus asesores de campaña (incluyendo agencias de medios), pero sobre todo, el nivel bajísimo de muchos electores.

Lo que he visto me parece lamentable, y no hablo de los bodrios de videoclips propagandísticos en esta suerte de guerra musical que libran desde hace meses unos y otros candidatos, al fin y al cabo, desde el “movimiento naranja” hasta la “niña bien” o el “chavo Chaka” no dejan de ser anécdotas, dentro de la carrera electoral, donde lo realmente importante debería ser el programa de gobierno que cada candidato proponga y el lugar desde donde lo hace dentro del espectro político; ese espectro político, que, en el mundo (y México no es la excepción) muchos se han empeñado falazmente en negar: Derecha e Izquierda.

Aquí es donde me encuentro la primera abominación, esta especie de promiscuidad política donde vemos alianzas imposibles ideológicamente hablando:

De los tres candidatos más relevantes, y entre quienes se está disputando la presidencia del país, comencemos por el más joven, el panista Ricardo Anaya, este neoliberal se alía con el PRD (Partido de la Revolución Democrática) formación política socialdemócrata que en su fundación fue el resultado de la escisión de una parte del PRI, hacia finales de los 80’s, que no estaban a favor del tremendo viraje que el partido estaba dando hacia la derecha con las políticas y filosofía neoliberales propuestas e impuestas por Carlos Salinas de Gortari y sus seguidores. El PRD fue fundado en aquel entonces por priistas históricos como Cuauhtémoc Cárdenas (hijo del General Lázaro Cárdenas quien durante su gobierno acogió y dio asilo a miles de refugiados republicanos en México) ó Porfirio Muñoz Ledo, pero quizás uno de los más destacados por su protagonismo actual sea Andrés Manuel López Obrador, el líder de MORENA (Movimiento para la regeneración nacional) y el candidato que encabeza las encuestas para ser presidente de México en estas elecciones.

Volviendo al PAN y a su candidato Ricardo Anaya, no solo teje una alianza contra-natura con el PRD sino que además incluye en la misma a un partido de reciente creación que recuerda demasiado al partido Ciudadanos de Albert Rivera en España, el Movimiento Ciudadano; y no sólo por color institucional de ambos (naranja) o su nombre, esas similitudes van más allá: Desde haber nacido como una plataforma civil para que en poco tiempo ambos se transformaran en partidos políticos de ideología, supuestamente, socialdemócrata, pero que en realidad se rigen por principios puramente neoliberales.

En el caso del PRI su candidato, José Antonio Meade, es un tecnócrata con una amplia carrera política en las dos últimas administraciones, un perfecto “hijo del sistema” y el mejor ejemplo de lo que ha gobernado al país en las 3 últimas décadas; lo cual se ve reflejado en su coalición: PRI, partido que, como ya he comentado, a finales de los 80’s gira bruscamente 180 grados para situarse de la socialdemocracia al Neoliberalismo tecnócrata; PVEM (Partido Verde Ecologista de México) formación Neoliberal y de estilo democristiano; y finalmente PANAL (Nueva Alianza) otro de estos nuevos partidos “atrápalo todo” que se dicen de izquierda pero en su ideario fundacional ponderan el liberalismo económico.

Por último tenemos a MORENA y su líder, Andrés Manuel López Obrador. Este es un partido de izquierdas, tendiente hacia la socialdemocracia, como era de esperar tomando en cuenta la trayectoria ideológica de López Obrador, y por eso mismo resulta ridículo pensar en que las acusaciones que se le hacen al candidato de MORENA sobre sus vínculos con Venezuela, China, Rusia, Cuba y hasta Corea del Norte, tengan siquiera un ápice de veracidad: Las propuestas  de esta formación política nada o muy poco tienen que ver con el Marxismo. Sin embargo sí que se alía con el PT (Partido del Trabajo) que si que se le puede considerar socialista y de influencia marxista, más tendiente al internacionalismo libertario que al comunismo ortodoxo. Hasta aquí, la coalición MORENA-PT tiene cierta coherencia, entonces aparece en escena Encuentro Social, otro partido “transversal” que no se define dentro del espectro político, y lo niega al mismo tiempo: No hay izquierdas ni derechas.

Negar el orden político en términos de derecha e izquierda es negar la existencia de la lucha de clases lo que es un triunfo para el capitalismo salvaje. En tanto existan empresarios y trabajadores habrá lucha de clases y en consecuencia la política se ha de concebir en términos de izquierda y derecha.

Pero todos estos razonamientos socio-políticos no se han hecho en la campaña electoral por la presidencia de la segunda economía de Latinoamérica; la campaña electoral se ha centrado en desacreditar a “ya sabes quien”, con rumores, sacando “sus trapitos al sol”, intentando sembrar el miedo en la población imaginando un México gobernado por un clon de Maduro pero con aspiraciones “trumpistas” que abrirá las cárceles para perdonar a toda suerte de criminales que infestarán las ciudades del país mientras los jóvenes se drogan con la “hierba del diablo” ya que este “demonio comunista come niños” despenalizará las drogas.

Estoy convencido que López Obrador, dista bastante de ser un estadista, y algo de megalomanía y populismo se respiran en sus mítines, pero ¿qué político no es un poco populista y megalómano? Lo que está claro es que centrar el debate en si su acento sureño “es de nacos” o si no habla inglés, es alimentar el discurso de aquellos que durante los últimos sexenios han mantenido secuestrado al país a base de hambre y miedo.

He tenido la prudencia de leerme el programa electoral de MORENA, y no veo por ningún lado lo “quimérico” (como lo definía algún periodista en un videoblog) de su proyecto. Me parece de lo más razonable que el segundo punto sea acabar con la corrupción, lo que me parece lamentable y preocupante es que los otro candidatos no lo contemplen, como si la corrupción fuera “normal”, como si no se pudiera acabar con ella. Me parece perfectamente lógico que se apueste por un modelo económico diferente y sostenible, está claro que el modelo neoliberal no ha llevado a buen puerto a la sociedad en un país con más del 46 % de su población en pobreza y extrema pobreza. No veo lo “absurdo” en plantear políticas de igualdad en un país sumamente machista, o en luchar por ser una nación pluricultural en un país donde a los pueblos indígenas se les ha marginado durante 500 años y se les sigue marginando, o en proponer respeto y cumplimiento de los Derechos Humanos en un país donde la tortura es el pan de cada día en las comisarías.

Me preocupa que los programas de los otros dos candidatos (que también tuve la prudencia de leer) centren sus propuestas en políticas económicas y no sociales, y sigan esgrimiendo el discurso neoliberal de a mayor inversión privada mayor bienestar social, cuando durante más de 30 años se ha demostrado que eso es una autentica falacia y que el crecimiento económico de un país no se verá reflejado en el crecimiento económico de su población en tanto no se implementen políticas sociales y mecanismos de control por parte del estado.

En fin, ya veremos el domingo.

miércoles, 20 de junio de 2018

Tregua al Futból


Mi afición, por llamarle de alguna manera, al futbol nunca ha sido destacable; quizás la época en que trabajé en el equipo de prensa y difusión del Pachuca (justo la temporada anterior a la del acenso), sirvió para alfabetizarme futbolísticamente y despertó cierto interés en un deporte que hasta ese momento había pasado por mi vida sin pena ni gloria, salvo (como la mayoría de las personas) durante un mes cada cuatro años.

Algunos años después, viviendo ya en la Ciudad de México, ese interés fue creciendo discretamente debido, más que nada, a mi entorno de amistades, muy futboleros todos y con los cuales compartía cierta simpatía por el equipo Cruz Azul, incluso llegue a ir al estadio con ellos a ver algún partido de Liga.

Nunca me disgustó el futbol, la verdad sea dicha, al menos no en aquellos años, ni cuando me mude de ciudad y vine a vivir a Barcelona donde, nuevamente, mi entorno de amistades, influyó, ahora de forma mucho más contundente, en mi gusto por este deporte y mi predilección por el Barça. Gusto y predilección duraron poco, apenas unas cuantas temporadas, donde pase de festejar eufórico victorias en la Fuente de Canaletas, a cuestionar seriamente el uso y abuso del espectáculo entorno a este deporte para, incluso, distraer la atención de la ciudadanía sobre asuntos sociales y políticos que afectan la economía, las libertades y el estado de bienestar de las personas.

Pero, también hay que decirlo, mi crítica siempre ha sido hacia los medios, hacia los gobiernos y fundamentalmente, hacia la “afición” pues son ellos, y no el deporte en sí mismo, quienes permiten ese uso y abuso. Es indignante, siempre lo diré, que la ciudadanía sea capaz de movilizarse por cientos de miles, para festejar una victoria futbolera, ya sea del Barça, del Cruz Azul, de la Selección de México o la de España, y no tenga la conciencia de clase para movilizarse por sus derechos más fundamentales. Esta posición crítica adoptada por mi ha supuesto un desapego constante hacia el futbol, desapego del cual no me arrepiento y que seguiré ejercitando.
 
Incluso, el Mundial, hasta hace unas pocas semanas, no me había llamado demasiado la atención, llegue a pensar que ni siquiera vería algún partido. Fue entonces cuando en este Mundial comenzaron a ocurrir “cosas extrañas”, incluso desde la clasificación: Italia y Holanda no llegaron a clasificarse, y si lo consigue Perú después de 35 años, y por primera vez en la historia vemos a Islandia jugar en un Mundial.

Llegaron los primeros partidos: España y Portugal empatan al igual que lo hace Argentina con la recién estrenada Islandia, y qué decir del siempre favorito Brasil que también empata con Suiza.

Pero la sorpresa más grata sin duda es la protagonizada por la Selección Mexicana que, no solo le gana a la campeona actual Alemania, si no que lo hace jugando un esplendido partido, a pesar del escándalo de la supuesta “fiestecita” que se montaron los jugadores.

Llevo días pensando (incluso antes del partido de México): En éste mundial puede pasar cualquier cosa, igual vemos buen futbol, no ganan los mismos (o al menos se lo tienen que currar un poco mas) y vale la pena darle una tregua al futbol, aunque no me ponga la camiseta de la Selección, me la probé y parezco tamal mal amarrado.

lunes, 14 de mayo de 2018

Vergüenza

Que vergüenza de país, de gobierno, pero sobre todo de conciudadanos. Me ha llevado un par de meses volver a escribir, pues ha sido abrumadora la vorágine de acontecimientos que se han sucedido unos tras otros (unos sobre otros diría mejor) durante este tiempo.

Desde que el juez Llarena ordenó por primera vez la prisión preventiva, tanto para buena parte de los miembros del anterior gobierno catalán, como para los dos activistas independentistas, yo siempre sostuve que todos ellos no eran presos políticos, sino políticos presos, pero el propio Juez Llarena y el Tribunal Constitucional se encargaron de aclararnos a todos que si que son presos políticos, pues no se les libera por sus ideas (de una medida cautelar por cierto, ya que aún nadie ha sido condenado),  como ilustra perfectamente la resolución del Juez Llanera con respecto a la solicitud de libertad de Jordi Sánchez (Asamblea Nacional Catalana): “El solicitante mantiene su ideario soberanista, lo que resulta constitucionalmente válido pero imposibilita el convencimiento de imposible reiteración delictiva...” Es decir, esta en la cárcel porque piensa como piensa, y eso que la propia resolución aclara que esa forma de pensar no es un delito en si misma, !vaya, hombre, solo faltaba que pensar de una manera determinada fuera delito!...

Un momento, me parece que si, que según algunos jueces si consideran que pensar de una forma determinada es delito, y si tus ideas las expresas, por ejemplo, cantando (rapeando para ser precisos) mereces ir a la cárcel, si no que se lo pregunten al rapero Valtonyc: 3 años y medio de prision, por enaltecimiento del terrorismo, injurias al Rey y amenazas; todo esto en sus canciones ¿eh?, no vayamos a pensar que el chaval fue a manifestaciones ilegales pro-ETA o envió anónimos amenazantes a nadie; solo hizo canciones, con las que puedes o no estar de acuerdo, que incluso te pueden parecer de mal gusto, pero ¿ir a la cárcel por hacerlas? O preguntémosle a Pablo Hasel, otro rapero que fue mas allá y utilizo un “arma de destrucción masiva”, el twitter, para, según los magistrados, enaltecer el terrorismo e injuriar a la corona y a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado; entre los tweets y los raps, este chaval acumula 5 años de prisión.

Mientras todo esto sucede, el cuñado del Rey, condenado a poco más de 6 años de prisión (condena ridícula por otra parte) por prevaricación, malversación, fraude, trafico de influencias y 2 delitos fiscales, vive plácidamente en Suiza (país de difícil extradición) mientras espera el recurso de su sentencia ante el Tribunal Supremo, adivinen quien, pase lo que pase, no pisará la cárcel.

Pero volviendo a los presos políticos de Catalunya; ellos, tienen sobre sus cabezas la espada de Damocles de 30 años de prisión por un supuesto delito de rebelión, el cual para probarse requiere necesariamente del uso de la violencia en el alzamiento público. Y es curioso como la justicia española ve violencia en dos activistas de pie sobre el techo de una patrulla de la guardia civil,  megáfono en mano instando a los manifestantes a marcharse de forma pacifica, y no ve violencia en 5 energúmenos penetrando a turnos y en contra de su voluntad, a una chica de 18 años, tratándola como si fuera un objeto (dice la propia sentencia), y por esa “ausencia de violencia” los 5 miembros de “la manada” han sido condenados a tan solo 9 años de prisión por un delito de abuso y no de violación.

Y es que el poder judicial en este país esta en manos, no solo de un patriarcado, si no de un patriarcado ultra-conservador heredero de la dictadura que sumió durante 40 años a España en el mas profundo oscurantismo nunca visto en la Europa del siglo XX, y que cuesta, más de lo imaginado, expulsar de nuestra política y de nuestra sociedad. Vivimos en un país en el que se subvencionan Fundaciones que enaltecen la figura del dictador Francisco Franco y justifican el genocidio de cientos de miles republicanos.

Pero que podemos esperar de un país donde los políticos que actualmente gobiernan obtienen sus títulos universitarios de forma fraudulenta o mienten en sus curriculums. Alguien hace poco me decía, como en broma “cada vez nos parecemos mas a tu país” a lo que yo salté “no, me vas a perdonar pero no, en México los políticos son muy, pero muy corruptos, muchos roban a manos llenas y aprovechan sus posiciones para hacer negocios, pero no son tan cutres como para meterse a un súper a robar cremitas, eso solo pasa aquí, en este reino alpargatero y hortera”

Pero lo más grave de todo esto es que, si votáramos hoy, ganaría rotundamente la derecha, entre Ciudadanos y el Partido Popular volverían a obtener la mayoría absoluta en el Parlamento y la Izquierda se desplomaría, lo que quiere decir que, si tenemos un país cutre, alpargatero e ignorante, es porque la inmensa mayoría de la sociedad es cutre, alpargatera e ignorante... ¡Vergüenza de conciudadanos!