martes, 3 de agosto de 2010

Kings

El domingo termine de ver los 13 capítulos de la primera (y única) temporada de una serie que me prestaron, Kings. He de confesar que no la comencé a ver con grandes expectativas, es más, los primeros dos episodios me resultaron un tanto aburridos y predecibles, al grado de considerar no continuar; sin embargo no fue así: Al tercer capítulo ya me había enganchado.


Aunque es una serie menor en cuanto al despliegue tecnológico y a la acción que se pudiera esperar, el resultado interpretativo es de lo más convincente con el trabajo de actores de máxima talla como el británico Ian McShane que encabeza un reparto excepcional. Así, nos encontramos con figuras consolidadas del escenario como Susanna Thomson, Eamonn Walker, Wes Studi o Dylan Baker y con actores jóvenes que sorprenden como el coprotagonista Christopher Egan o Allison Miller en un papel correcto que le da equilibrio al personaje interpretado por Egan. Mención a parte merece, a mi juicio, un Sebastian Stan creando un personaje (aunque no protagónico) muy complejo y lleno de matices que termina convenciendo al espectador. A pesar de que este no es un trabajo coral el resultado (probablemente de manera involuntaria) si que lo es ya que poco a poco todos los personajes van cobrando una relevancia fundamental en el desarrollo de la historia.

El argumento es una adaptación libre de la historia bíblica del Rey David antes de su asenso al trono. La historia toma como antecedente un futuro incierto, pero que se adivina medianamente cercano. Después de una guerra mundial de la que apenas se hace referencia, el mundo se había dividido en pequeños “reinos” que constantemente guerreaban entre si, hasta que apareció un caudillo del reino de Gilboa, el general Silas Benjamín, quien encabezó la guerra de unificación de los territorios de Carmel, Selah y Gilboa, bajo las ordenes de un tirano (personaje que, ya entrada la serie, cobrara cierta importancia en la trama) al que, una vez lograda la unificación, derrocará convirtiéndose en Rey de Gilboa, el país mas grande del mundo.

Pero la serie, en realidad, comienza con la inauguración de la nueva capital del reino Shiloh, construida sobre las ruinas de una devastada Nueva York que conserva muchos de sus edificios, como una modificada biblioteca convertida en una suerte de capitolio que alberga la corte real. En este evento, el Rey Silas (Ian McShane ) se dirige a su pueblo con un discurso muy recurrido por el desde su coronación; discurso sobre el que se basa su legitimación de poder contado una historia “mágica” acerca del momento en que Dios le habla a través del Reverendo Samuels (Eamonn Walker) y de cómo un grupo de mariposas monarca vuelan hasta el Rey Silas (siendo aun militar) y forman sobre su cabeza una corona, señal inequívoca del deseo de Dios de que sea Rey.

Pero no hay paz en la tierra, Gilboa aún se encuentra en guerra, una guerra constante e interminable con la Republica de Gath, un país gobernado por militares y que envidia el esplendor y prosperidad que predomina en Gilboa. Es en esta guerra donde el papel de David Shepard (Christopher Egan) comienza a destacar, pues rescata del frente enemigo nada menos que al príncipe Jack Benjamin (Sebatian Stan) convirtiéndose, de esta manera, en héroe nacional y entrando, sin quererlo, en la vida cortesana de palacio, con sus intrigas y conspiraciones.

Son muchas las referencias a la historia bíblica y muy bien logradas como la sutil pero muy significativa escena donde un joven David Shepard, dos años antes de marcharse a la guerra y siendo mecánico, es ungido por el Reverendo Samuels (en clara analogía con el pasaje bíblico que narra la unción de David por el profeta Samuel) cuando éste le limpia al joven Shepard una macha de aceite de la frente. También vemos referencias mucho más evidentes y anecdóticas como la escena del rescate cuando David Shepard se enfrenta el solo a un tanque del ejercito de Gath, la escena no cobraría la relevancia que tiene si no fuera por que los tanques del mencionado ejercito llevan rotulado el nombre del modelo: Goliat.

Si bien, el argumento esta basado claramente en la narración bíblica, son mucho mas las lecturas y referencias que se pueden encontrar en esta estupenda serie. Los valores de producción nos presentan un entorno contemporáneo (la vestimenta de esta época, la artillería, coches, móviles, ordenadores) con algún elemento futurista (pero no imposible) en el contexto de una Monarquía absolutista a la usanza de la edad media, donde, a pesar de existir una corte de ministros que ayudan al monarca a tomar decisiones, a pesar de que al pueblo se le da cierta voz, a pesar de la aparente benevolencia del Rey Silas, las leyes y, en general, la vida de Gilboa están dirigidas bajo los dictados de su gobernante, lo que hace inevitable que pensemos en una dictadura mas que en una monarquía.

Es también interesante las referencias visuales que se adivinan en cuanto a la República de Gath, cuya bandera ostenta los colores negro y amarillo en combinación con una estrella de color rojo en lo que a mi me pareció una clara referencia a las “democracias populares” o “socialistas”, sospechas que se vieron confirmadas al descubrir en las escenas rodadas en el país enemigo un tono gris y frío muy similar al estilo fílmico de las películas de la guerra fría.

Es una serie de la que no se debe esperar acción ni un montaje vertiginoso, todo lo contrario, la narración nos consigue enganchar a través de las intrigas palaciegas y las conspiraciones políticas que nos sugieren situaciones muy actuales y nos permiten comparaciones con la realidad como el poder de la economía en el desarrollo de una sociedad y en el sometimiento de la misma al precio que sea.

Es una pena que la serie no haya tenido el éxito que se requiere para sobrevivir en la televisión de EEUU, pero es comprensible ya que, a trravés de una história de absoluta ficción se retrata a una sociedad estadounidense hipócrita, fanática y manipulable, y a un gobierno cuyo único interés es el de perpetuarse en el poder recurriendo al capitál y a la fe pagando el precio que sea necesario.