"Autorretrato distópico" ImanolGarAla Junio 2020 |
¿En que momento fue? ¿fue quizá el 1 de octubre, cuando se
cumplieron 70 años de la fundación de la República Popular China,
y, desde una dimensión paralela Mao abrió un portal dimensional en
venganza por haber transformado su Revolución Cultural en el
Capitalismo de Estado en el que esta inmerso China? ¿O habrá sido
el 17 de octubre cuando, al cumplir,exactamente 100 años, se
activara, dentro de los túneles del Metro de Madrid, algún tipo de
artilugio multidimencional, que una oscura Sociedad Secreta colocara
ahí en su inauguración? ¿o tal vez son los residuos cuánticos de
la Gran Depresión de EEUU que el 29 de octubre, 90 años después,
alguna extraña alineación cósmica los magnifico desmadrandolo
todo? ¿O será acaso la venganza de Moctezuma 500 años después de
aquel 9 de noviembre en el que se encontraron por primera vez el
emperador azteca y el conquistador extremeño y que el primero
hubiera lanzado alguna maldición que se le fue de las manos?... ¿En
que momento fue en el que cruzamos algún tipo de vórtice espacio
temporal que nos trajo a esta distopía?
Si
en diciembre pasado, por ejemplo, en la comida de navidad del
trabajo, al calor de las copas posteriores, alguien me hubiera dicho
que en marzo, de golpe, los colegios cerrarían un jueves para no
volver a abrir quien sabe cuando, que dos días después la mayoría
no volveríamos a nuestros trabajos, al menos no al espacio físico
donde los desempeñábamos; que los niños no pisarían la calle en
45 días y que los adultos saldríamos durante dos meses solo para lo
estrictamente necesario: Tirar la basura en el contenedor, sacar al
perro (los que tenemos), hacer la compra en el supermercado, y poco
más; que pasados esos dos meses, se nos permitiría hacer deporte al
aire libre un ratito por la mañana o por la tarde, a los niños
salir durante una hora no mas allá de un km de sus casas y
acompañados solo por uno de sus dos progenitores; que para entrar en
un supermercado tendríamos que hacer colas en el exterior del mismo
que podrían darle la vuelta a la manzana y que cuando por fin
entráramos encontraríamos paredes enteras de estantes vacíos, no
de leche o de arroz o de pan o carne, no: !De papel higiénico y de
vino!
Si
ese hipotético compañero de trabajo, en el segundo whisky, me
hubiese contado que el gobierno declararía el estado de excepción
con toque de queda incluido, (aunque no le llamemos así, de 23:00 a
7:00 nadie podría estar en la calle salvo que vinieran o fueran a
algún trabajo esencial), que obligaría a Restaurantes y hoteles a
cerrar con ERTE (Expediente de regulación temporal de empleo) de por
medio y que muchos de estos hoteles de 3, 4 y 5 estrellas se
reconvertirían en improvisados hospitales y residencias para
ancianos; si me hubiera dicho que los hospitales, a una velocidad
vertiginosa, en cuestión de unos pocos días, se saturarían de
contagiados por un extraño virus procedente de China, cuyo
recervorio original es un murciélago o algún otro extraño animal
que no había visto en mi vida y cuyo nombre me es difícil de
pronunciar correctamente; que el personal sanitario de uno de los
mejores sistemas de sanidad pública del mundo estaría durante
semanas sobrepasado de trabajo doblando turnos y sin medios
suficientes.
Si,
cubata en mano, mi interlocutor reconvertido en improvisado pitoniso
me hubiese dicho que, después de estar confinados durante tres
meses, nos enfrentaríamos a lo que el gobierno llamaría una “nueva
realidad”, eso si, poco a poco, “desescalandonos”, caminando
por las calles cual zombis con la cara cubierta por mascarillas de
uso obligatorio, que utilizaríamos de forma compulsiva pequeños
botes con gel hidroalcóholico para desinfectárnos las manos al
mínimo roce de cualquier superficie; que cuando nos dejaran tomar
una cerveza en una terraza pero sin poder entrar al bar, un máximo
de 10 personas y en el horario asignado, lo veríamos como una
bendición. Que para esas alturas, aun no sabríamos con certeza
cuando y como regresarían los niños y las niñas al colegio, eso
si, nos habrían dicho que ya podíamos ir planeando nuestras
vacaciones de verano, mientras nos abrían las tiendas para consumir,
consumir, consumir. Aunque ya habríamos consumido bastante desde
casa, porque igual de esencial nos parecería el trabajo de un medico
o un enfermero que el de un repartidor de Amazon o Delivero
Soltando
una carcajada y pidiendo otro cubata, el Nostradamus de la hipotética
comida de fin de año de mi trabajo me dice : Y lo mejor de todo
esto, serán los pijos-fachas, manifestándose por todas las ciudades
de España en sus Mercedes Benz con chófer y todo, ataviados con
mascarillas verde militar con la bandera bordada y gritando megáfono
en mano “Gobierno Social-Comunista Dimisión”
Si
para rematar, mi imaginario colega del trabajo, después de darle un
buen trago a su tercer cubata me soltara que todo esto que me esta
contando se repetiría sistemáticamente en todo el mundo, con
algunos matices, como que el presidente de la nación más poderosa
recomendase que se inyectase desinfectante a sus conciudadanos
(sarcasmo o no) cuando enfrentaría mas de 100.000 muertos y más de
millón y medio de infectados. Si todo esto me lo hubiese contado yo
le hubiera preguntado si, a parte de los 3 cubatas había fumado
algo.
Pero
no, esa conversación no tuvo lugar en diciembre pasado, porque nadie
podía imaginar lo frágil que es nuestro sistema de vida, que todo
se nos puede desmoronar en un instante.
Dentro
del comité de científicos que investigan y tratan de desarrollar
medicamentos y vacunas contra el covid-19 y que planifican la
desescalada hacia la “nueva normalidad” podría haber una
división (capitaneada quizás por Iker Jimenez) que se dedique a
buscar ese vórtice dimensional para regresarnos a nuestra vieja
normalidad, pero me parece que esto no es viable, así que lo que nos
queda es aprender la lección, aprender que la Sanidad, la
Dependencia y la Educación son los pilares fundamentales de nuestro
estado de bienestar, que no se deben tocar, que se deben blindar, que
es indispensable que modifiquemos nuestro sistema socio-económico,
que no especulemos con lo fundamental y, lo mas importante, que somos
los ciudadanos los que hemos de velar que esto sea así ¿como?
Votando con conciencia, solidaridad y pensamiento critico y no, como
hasta ahora: Con el estomago y las gónadas.