Hace ya unos días que las redes sociales, las televisiones, los diarios, las emisoras de radio, en fin, todos los medios de comunicación se hacen eco de la Huelga General convocada en toda España para mañana, 29 de marzo. Hace también días, que en algunos de esos medios, con líneas editoriales abiertamente de derechas (y algunos no tan abiertamente), además de criticar duramente la convocatoria y vaticinar sin fundamento alguno un rotundo fracaso, sirven de portavoces para las organizaciones empresariales (CEOE, CEPYME, Foment, etc.) en lo que parece una campaña de desinformación, una burda y patética estrategia para generar miedo y desconcierto en los trabajadores que están considerando secundar la huelga. Dicha campaña consiste en repetir hasta la saciedad las consecuencias de hacer huelga mañana: Descuento salarial de un día (cotizaciones y retenciones incluidas), descuento de la parte proporcional de las pagas extras (si las hubiera) y alta especial en la Tesorería de la Seguridad Social de un día (es decir suspensión temporal de 24 horas del contrato). Solo eso supone hacer huelga mañana. Pero dichos medios se regordean exaltando lo “terrible que se verá en la vida laboral” y memeces similares.
Por su parte, las empresas están emitiendo a sus trabajadores, comunicados cuidadosamente redactados para no incurrir en inexactitudes, donde explican detalladamente las consecuencias a nivel salarial y de cotización antes expuestas. Tan solo hoy, yo he recibido de fuentes totalmente dispares (trabajadores de diferentes sectores) sendas cartas empresariales donde se exaltan de manera exagerada estas consecuencias, incluyendo la comunicación que el empresario esta “obligado” a hacer a la Seguridad Social de los trabajadores que se acojan a su derecho a huelga, para incluir dicha situación en su vida laboral. En estas comunicaciones y con un, aparente afán explicativo, se definen términos como “huelguista” y “No huelguista”.
Este tipo de comunicación que la mayoría del empresariado español está haciendo llegar a sus trabajadores persigue un fin único, evitar el despliegue masivo de trabajadores a favor de la huelga. Estos comunicados, firmados y maquetados, generalmente, por asesorías jurídicas de grupos empresariales, surgen a partir de un comunicado firmado por las principales patronales del país, CEOE y CEPYME, donde ponen a parir a los sindicatos, a la huelga, a los partidos de izquierda y a las organizaciones sociales que secundan la huelga. Definen la movilización como “huelga política” termino ridículo e inexistente porque una huelga es eso una huelga y punto. Esta huelga es en contra de una reforma laboral elaborada por la patronal y aprobada por el gobierno de manera unilateral y abusiva, así de simple, no hay más.
Por su parte, el gobierno, a través de sus portavoces, no para de advertir la “mala imagen que esto va a crear a España”, el supuesto “daño que se le va a hacer a la nación”, etc.
La realidad es que todos estamos cansados de gobiernos serviles que siguen los designios de una Europa neoconservadora dirigida por los mercados financieros, estamos hartos de incompetentes populistas que solo desean perpetuarse en el poder y no gobiernan para el pueblo que los ha elegido si no en contra de él. Mañana de ti depende que la huelga sea un éxito, mañana de ti depende que el gobierno recule y derogue una reforma injusta. Mañana, si ves un piquete, no te apartes, únete a él (no mordemos, no somos criminales, somos trabajadores como tú, que “estamos hasta los huevos”), mañana ve a las manifestaciones convocadas en todo el país. Ve a cualquiera de las que se van a llevar a cabo, convocadas por los distintos sindicatos y organizaciones sociales. Si no eres afín a los postulados de unos, seguro que te identificas con otros, ve y únete a alguna manifestación. Mañana es tiempo de aparcar las diferencias que podemos tener las izquierdas todas, mañana tenemos que estar unidos en un solo objetivo: Acabar con la reforma laboral y recuperar nuestros derechos fundamentales.
No nos debe asustar las sutiles amenazas de las patronales, el gobierno y las derechas en general, parafraseando al Quijote de Orson Wells (que no de Cervantes): “Ladran Sancho, señal que cabalgamos”.
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