Colón de Barcelona (Foto: Imanol García Aladro 2016) |
Hace hoy una semana se celebró en
España, el día nacional, el llamado día de la hispanidad, popularmente conocido
como “el día de la Raza”, día que en el santoral católico, muy ligado a los
festivos españoles, corresponde a la Virgen del Pilar patrona de la Guardia
Civil (cuerpo policial de régimen militar) y ya que estamos, día nacional de
las Fuerzas Armadas Españolas… Por cierto, ese día 12 de octubre, pero de 1492
desembarcaba en la isla de Guanahani, en las actúales Bahamas, Cristoforo
Colombo, navegante genovés que, con el patrocino de la Corona de Castilla,
comenzaba uno de los mayores expolios de la historia.
Podemos usar los eufemismos que
queramos para edulcorar la historia y hacerla menos amarga para las sensibles
mentes de los hispanofílicos en ambos lados del océano, “encuentro”,
“descubrimiento”, “fusión”… Lo que queráis, pero la realidad es que aquello fue
el desencadenante de una serie de conquistas militares y los saqueos consecuentes a civilizaciones milenarias.
Cada 12 de octubre, se reactiva
un interminable debate sobre el porqué se decidió que la fiesta nacional de
España, fuese un día tan polémico en el que, a día de hoy, no hay nada que
festejar:
- Todos los países, sin excepción, que fueron alguna vez colonia española en el continente americano, hace siglos que se independizaron y en la mayoría de los casos a través de guerras cruentas en medio de conspiraciones políticas.
- En ninguno de esos países, o casi en ninguno, ese día es especialmente festivo, no va más allá de una efeméride histórica, que sin embargo si sirve para reavivar año con año el debate nacionalista y anti-español en dichos países.
- La “grandeza” del supuesto “Imperio Español” a la que nos podría remitir, si alguna vez la hubo, hace unos 200 años que no es más, desapareció con la independencia de los últimos países americanos en emanciparse de una España intervenida militar y políticamente, y enormemente endeudada.
Da la sensación que en los
primeros años de democracia española, cuando se redactaba la actual
constitución y se elaboraban las primeras leyes, los legisladores, en un
intento de conciliar ese presente turbulento en el que vivían con un pasado
supuestamente glorioso (que el agonizante régimen franquista se había encargado
de mitificar), sin pensarlo mucho, eligieron ese día de la Raza como fiesta
nacional.
La mayoría de los países del mundo,
si no es que todos, festejan su “día nacional” el día en que precisamente
comienzan a existir como país, como Estado o al menos como “nación” y éste no es el caso de España, a pesar de la
poética explicación de motivos que esgrime la ley 18/1987 del 7 de octubre
donde se declara fiesta nacional al 12 de octubre y que, a mi juicio, presenta
ciertas imprecisiones, por llamarlas de algún modo: Justifica dicha ley la
elección de esta fecha argumentando que “…simboliza la efemérides histórica en
la que España, a punto de concluir un proceso de construcción del Estado a
partir de nuestra pluralidad cultural y política, y la integración de los
Reinos de España en una misma Monarquía…” Pues bien, a finales del siglo XV el
concepto de Estado, al menos como lo entendemos hoy, no existía y mucho menos
el término “España” para referirse a ese supuesto “Estado”; quizás, como
herencia lingüística de un pasado romano fuese de cierto uso común el término
“Hispania” o algún derivado fonético castellano-leonés (esto lo sabrá mejor un
lingüista) para referirse al espacio físico que ocupaban los cinco reinos que
en ese entonces dominaban la península: Castilla, Aragón, Navarra, Granada y
Portugal, pero de ningún modo para definir el conjunto de dichos reinos como
una sola unidad político-territorial.
Pero, sin ser estrictos y
valorando el hecho de que la unión del las Coronas de Aragón y de Castilla, la
“liberación” del Reino de Granada y la “conquista” del Reino de Navarra suponen o más bien, supondrán unos cuantos
lustros más tarde, el gobierno de estos territorios bajo una sola monarquía, se
puede entender la motivación del legislador en construir a través de estos
hechos históricos un único sentido de identidad nacional en una España
profundamente dividida por los rencores de la guerra civil. Pero entonces, ¿qué
pinta el 12 de octubre de 1492, si el único hecho descrito que ocurre en ese
año es la conquista de Granada y no fue el 12 de octubre si no el 2 de enero?
Volviendo al “descubrimiento” de
América, el reclamo que hace Colón sobre las tierras en las que acababa de
desembarcar lo hace en nombre de la Corona de Castilla, ni si quiera en el del
binomio Castilla-Aragón, mucho menos en el nombre de un inexistente Reino de
España, faltaban aún muchos territorios por “conquistar” en la península (y
en algunas islas). Por lo tanto, sigue siendo muy
desafortunada la elección como día nacional una fecha en la que, no solo no hay
una relación de peso con la idea de “Nación Española” sino que además supuso
para muchas civilizaciones su aniquilación cultural y, en el mejor de los casos,
un mestizaje impuesto a través de la fuerza
religiosa-militar.
Estoy seguro que a estas alturas
de la entrada, más de uno o una me estará mandando a tomar por saco (por no
decir otra parte más noble de mi anatomía) y me estará acusando de padecer “el
complejo del conquistado” argumentando que “eso paso hace mas de 500 años”,
“que los españoles de hoy nada tienen de que avergonzarse, y los
latinoamericanos de hoy nada tienen de que
resentirse” y estoy completamente de acuerdo con ello, pero también pienso que
no hace falta festejar algo que supuso sangre, muerte y saqueo de todo un
continente durante al menos 300 años… ¿O como se sentirían los españoles de hoy
si el día nacional de, por ejemplo, Arabia Saudí fuese el 19 de julio y se
celebrase que ese día del año 711 tuvo lugar la Batalla de Guadalete que dio
inicio a la conquista de la península Ibérica por los árabes, conquista que
duro casi 800 años?
1 comentario:
He, he, el Día de la Batalla de Guadalete.., pues yo no lo diría muy alto, por no dar ideas más que nada.
De acuerdo con todo lo demás.
El "descubrimiento" de América no fue más que una triste casualidad, América fue un estorbo, un lamentable impedimento para llegar a las riquísimas tierras de las Indias orientales. Pero, como es bien sabido, el ser humano es oportunista por naturaleza, y si no encuentra canela o pimienta pues arrasa con el oro o la plata.
Encuentro que no hay razón para sentirse orgulloso por esta fatalidad, ni que haya que celebrarla, pero tampoco es exclusivo de los españoles crecerse con las (supuestas) glorias pasadas. Por poner algún ejemplo, los aztecas y sus guerras floridas no es que fueran del agrado de los pueblos de los alrededores, o el imperio de los incas tampoco fue muy amable con los suyos, el imperio británico ha sido un horror de proporciones épicas y al actual imperio americo-sionista no le encuentro calificativo adecuado. Nadie, ningún pueblo o cultura que se haya proclamado imperio, ha sido otra cosa que un horror para los demás: chinos, japoneses, soviets o vikingos.
Por más triste que sea, los imperios los sostenemos nosotros, los de abajo, el populacho, si dejáramos de apuntarnos a sus guerras y no fuésemos adoradores de sus trapos de colores (banderas), la historia sería otra. Pero aquí estamos, celebrando días festivos de ingrato recuerdo, celebramos la pasión y muerte de Jesús (quien crea en ello), celebramos matanzas o días de victoria que suponen una humillación para el bando perdedor.
En definitiva, no tenemos remedio, yo tampoco veo nada que celebrar el 12 de octubre, ni el día de la raza ¿qué raza? ni nada de nada.
Un saludo.
Welcome back!
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