miércoles, 21 de diciembre de 2016

Europa: Hay terrorismos que importan más y otros ménos


Todo parece indicar (según los diarios internacionales que, como sabemos, son el oráculo de los dioses, infalibles y fiables)  que hace dos días, un presunto terrorista asaltó un tráiler de procedencia polaca, asesinó al conductor colocándolo en el asiento del copiloto (o el cadáver del conductor lo tiró en la carretera después de asesinarlo junto con su acompañante al que dejo en el interior del vehículo), y condujo hasta la tradicional feria de navidad de Berlín para empotrar el enorme camión contra los stands matando,  a 12 personas e hiriendo a otras 48, inmediatamente después, el presunto terrorista, baja del vehículo y desaparece del lugar del crimen, sin heridas destacables dada la rapidez de su huida. 

Anoche, todos, absolutamente todos los noticieros en Primetime solo hablaban de este suceso, dramático en si mismo.

Horas antes, los medios de comunicación (poseedores de la verdad absoluta), nos narraban (con video snuff incluido) como, a la voz de Allahu Akbar (Ala es grande), un policía turco asesinaba a tiros al embajador ruso en aquel país. Me pregunto ¿Qué clase de seguridad tienen en Turquía (y en Rusia) para que un policía fuera de servicio, vestido de civil se situé a dos o tres metros de un diplomático de primer nivel de una de las principales potencias del mundo y le dispare hasta en 9 ocasiones sin que reaccione ningún guardaespaldas; incluso, le de tiempo de huir y ser abatido a tiros 15 minutos después?

Poco antes de estos dos hechos, en Suiza un hombre vestido de negro entra a una mezquita y dispara hiriendo a tres personas, después huye y es encontrado muerto a 300 metros del templo musulmán. De este asunto, apenas y se han hecho eco los medios, alguna discreta nota de prensa y unos pocos minutos en los noticiarios del lunes.

Mientras ningún medio ha insinuado si quera la posibilidad de que el atentado de la mezquita de Suiza tuviese un móvil xenófobo, sobre la masacre de Berlín (reivindicada por ISIS) se aseguraba, incluso por la propia Merkel, que el autor era un refugiado afgano o paquistaní, y aunque fue desmentido a última hora de ayer martes, el daño ya está hecho, ha quedado grabado en nuestra memoria colectiva que “los refugiados pueden ser un gran peligro para Europa”

Para reforzar esta idea implantada, otra vez los medios nos narran como “según testigos” el policía turco, después de cometer su crimen, grita: “Recordad Alepo, esto es una venganza por lo de Alepo” Por si acaso, aún había mentes europeas resistiéndose al “implante”, aquí tenemos la dosis de miedo necesaria para fijar la idea principal.

Al día de hoy siguen ocupando las portadas de los principales diarios y varias decenas de minutos en los telediarios de toda Europa tanto el atentado de Berlín como el asesinato del embajador ruso en Turquía, y el caso de la Mezquita de Suiza, para la prensa es caso cerrado, tal y comolo fue para la propia policía de aquel país a las pocas horas de haber encontrado el cadáver del presunto asesino: Hay crímenes terroristas que en Europa importan más que otros, al menos a los medios y a los poderes a los que esos medios sirven.

Antes de que el listo de turno salte y diga: “No hay comparación, en la mezquita hubo solo 3 heridos y ningún muerto (se ve que el asesino no cuenta), y en Berlín hay nada menos que 60 víctimas, 12 asesinados” Diré que no es cuestión de número de víctimas, eso no hace un atentado más terrible que otro, es el terror que se pretende causar lo que lo determina. Pero creo que la pregunta que nos deberíamos de hacer en todos estos casos es ¿Quién quiere causar ese terror? Y ahí encontraremos el valor  que los medios (y sus Señores) le dan a uno y otro atentado.

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