Ya
hace 10 días de las elecciones catalanas, al día siguiente, como
año tras año, Loterías y Apuestas del Estado, repartió con el
“gordo” de navidad 4 millones de euros, una minucia comparados a
los más de 80 millones que, a partir del 2018, tendremos que
“apoquinar” cada uno de nosotros en la factura del gas para
pagarle al pobre Florentino Pérez y a sus socios gaseros parte de la
indemnización del, presuntamente fraudulento, complejo Castor, pese a
que el Tribunal Constitucional ya determino que no hay que pagar una
mierda, pues anuló dicha indemnización (más de 1,300 millones sin
tomar en cuenta los intereses que llegan a triplicar esta cifra).
Recordemos que durante este año que ayer terminó ya pagamos en el
recibo del gas otros 80 millones.
Hablando
de pasta robada, hace tres días murió con 91 añotes la única hija
del dictador unihuevo, el insignificante hombrecillo que secuestró
este país durante mas de 40 años, dividió familias enteras,
instauró el fascismo más hortera (más incluso que el de
Moussolini, que ya es decir) y fue el responsable de cientos de miles
de asesinatos y desapariciones a día de hoy impunes, entre otras
razones porque quienes hoy gobiernan son sus herederos ideológicos.
La
mujer esta, la que se murió, dejó un patrimonio de aproximadamente
600 millones de euros producto de la expoliación durante la
dictadura de su padre; nadie de su familia ha dado golpe en su
puñetera vida ni sus hijos ni sus nietos, incluido el heredero de
la corona francesa (claro, si Francia no hubiese tenido a bien
popularizar, en el siglo XVIII, la guillotina). Cuatro
generaciones han vivido del dinero robado por Francisco Franco
durante 40 años de dictadura y ningún gobierno ha tenido la
decencia de, al menos, pedir explicaciones.
Pero
volvamos a Catalunya, que es lo que importa, no "La Gurtel", ni quien
es M.Rajoy (no vayáis a pensar que es el presidente ¿eh?), ni los
más de 60 casos de corrupción que implican al Partido Popular, ni
los más de 900 altos cargos del PP imputados, ni las 56 mujeres
asesinadas en España durante el año en crímenes de violencia
machista, ni que las pensiones hayan subido el mínimo de ley, es
decir 5 veces menos que lo que ha subido el coste de la vida, ni que
el gobierno de Mariano Rajoy (no M.Rajoy ¿eh?) en 6 años haya
vaciado el fondo de reserva de la Seguridad Social (la llamada
“hucha” de las pensiones) y haya tenido que pedir un préstamo de
10,000 millones para poder hacer frente, entre otras cosas, a la paga
de navidad de los pensionistas... Tampoco importa que 12 raperos que
forman parte del colectivo “La insurgencia” hayan sido condenados
a 2 años y un día de prisión, más una multa de casi 5000 euros
acusados de “enaltecimiento del terrorismo” por componer y cantar
sus canciones; tampoco importa que cientos de sindicalistas estén
encausados y decenas condenados por ejercer el derecho a la huelga y
a la libre manifestación... No, nada de eso es importante, solo
Catalunya.
Porque
en Catalunya, dicen, se pretende romper la unidad de España, esa
“unidad” heredera directa del lema del hombrecillo infame: “Una,
grande y libre”, esa unidad “indisoluble” de la nación
española que no es otra cosa que la concesión necesaria que los
constitucionalistas del 78 tuvieron que hacer con los militares
adictos al régimen. Una “unidad” que el gran Rubianes sabía
perfectamente que tenían que hacer con ella...
Pues
eso, que en Catalunya volvimos a votar, y resultó que, como preveía
en el post anterior, seguimos divididos, no hacía falta ser un
lumbreras para intuir que el resultado sería un Parlament similar al
que se tenía: 50% de partidos independentistas y 50% de no
independentistas, más o ménos; ya comentaba yo que la cosa seguiría
atorada como no se hiciera un pacto progresista, que los partidos de
izquierdas en ambos bloques (indepes y no-indepes) tendrían que
hacer un ejercicio de estadísmo y bla, bla, bla... ¡A tomar por
saco! Eso ya no es posible, de hecho veo a Catalunya, como está la
cosa ahora mismo, ingobernable. Hay periodistas, de clara tendencia
independentista, tendencia totalmente respetable, que insisten en que
“estas” elecciones no se tienen que ver en clave de izquierdas o
derechas, y creo que decir eso es un gravísimo error, pues es esa lectura es la que
nos ha llevado a tener, no un Parlament con 70 escaños
independentistas, sino a tener un Parlament con 74 escaños de
derechas. Me parece muy preocupante que se haya impuesto el
mesianismo de Puigdemont carente de un proyecto de gobierno real,
sobre el programa social que parecía haber retomado ERC.
¿Y
por que digo que, tal y como ha quedado el Parlament, Catalunya me
parece ingobernable? Veréis, la propia ERC sabe que el proyecto
independentista se ha de aparcar, pues tal y como se ha llevado el
Procès, la independencia a corto o mediano plazo es inviable; se ha
de intentar conseguir el ansiado referéndum legal, lo que supone
cambiar la configuración del parlamento español, al tiempo que se
debe buscar la cohesión social en una Catalunya fracturada y muy
lastimada; todo esto llevará mucho tiempo, además de que siempre
existe la posibilidad de que no se llegue finalmente a la
independencia, por que resulte que al final la mayoría no la
querramos. Pero resulta que la CUP, con sus 4 diputados esta,
nuevamente, en una posición determinante para formar gobierno pues
entre JxCAT y ERC sumán 66 escaños y se necesitan 68 para formar
gobierno, y dudo mucho que la CUP renuncie al Procès constituent,
pues para ellos de facto ya esta proclamada la República Catalana,
un tanto incoherente haber participado entonces en estas elecciones
¿no?...
En
fin, que si se consiguiera formar gobierno con JxCAT y ERC más 2
diputados ya sea de CUP o de los comunes (soy escéptico en ambos
supuestos), habría que gobernar, más allá del proyecto
independentista, y es un hecho que, salvo en el soberanísmo, PdeCat
(antes CdC y la principal fuerza política de JxCAT es mucho mas
cercana al neoliberalismo de Ciutadans que a la Socialdemocracia de
ERC.
Así
las cosas, habrá que esperar unos días a que pasen las fiestas y
pase la resaca, física, económica y electoral, mientras tanto que os
traigan los Reyes lo que hayais pedido, yo es que soy mas de Santa
Clos, con eso de que va de rojo me inspira mas confianza que la
monarquía... Y a los ciudadanos de buenas conciencias
nacional-católicas, tranquilos, no se rompe España, la unidad
nacional esta a salvo y de los campanarios solo cuelgan campanas.
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